La cifra de personas fallecidas sigue en aumento, luego del terremoto de magnitud 7,8 en Turquía y Siria, desde el lunes pasado y según el registro de autoridades, existen 33.000 personas muertas y decenas de miles heridas.

Los sobrevivientes, muchos de los cuales no tienen hogar, podrían enfrentar «un desastre secundario» ya que el frío y la nieve provocan «condiciones horribles que empeoran», explicó la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Sin embargo, las labores de rescate no se han detenido y entre miles de edificios destruidos encuentran personas que claman ayuda. Los cuerpos de emergencia invierten un trabajo de 50 horas para conseguir salvar la vida de la mujer, de 40 años de edad y los casos se repiten en muchas ocasiones. (I)

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