Manabí enfrenta una crisis costera tras el fuerte oleaje registrado desde el pasado viernes, que ha dejado dos vidas humanas y cuantiosas pérdidas económicas en su paso por ciudades como Manta, Jaramijó, Sucre y Portoviejo.Los cuerpos de dos pescadores, víctimas del fenómeno, fueron recuperados en San Mateo y Barbasquillo, mientras las embarcaciones y trasmallos sufrieron severos daños, complicando las labores de quienes dependen del mar para subsistir.En Manta, el panorama es desolador.
Las emblemáticas playas El Murciélago y San Mateo reportan negocios turísticos destruidos, postes caídos y restricciones de acceso. Carlos Coronel, comerciante de la zona, lamentó la devastación en su quiosco y mercadería. “Habíamos invertido para el feriado; ahora todo está perdido”, expresó con preocupación.
El impacto también alcanzó al sector pesquero. Enrique Palma, pescador local, relató que las olas, de hasta tres metros, destruyeron redes y herramientas esenciales para su oficio. Además, parte del muelle flotante de Manta fue severamente dañado.
La alcaldesa de Manta, Marciana Valdivieso, informó que los organismos de emergencia están trabajando en la evaluación de los daños y brindando asistencia a los afectados. En Jaramijó y Sucre, el escenario no es diferente: los muelles y zonas urbanas han sido arrasados, dejando a muchas familias en la incertidumbre.
El Instituto Oceanográfico de la Armada (INOCAR) prevé que el oleaje disminuirá gradualmente hacia el domingo. Mientras tanto, las autoridades mantienen los protocolos de seguridad activados para proteger a la población.Este fenómeno natural pone en evidencia la vulnerabilidad de las comunidades costeras y la urgencia de implementar medidas de mitigación ante eventos climáticos extremos.