El caso es similar al ocurrido en Babahoyo, donde el cuerpo se encontraba al interior del ataúd, pero con signos vitales. Esta vez, sucedió en el barrio Mazato de Manta en la provincia de Manabí, el 16 de junio de 2023, cuando se realizaba el velorio de Alirio Javier Quiroz de 58 años, sus familiares lo revisaron y encontraron que el cuerpo «estaba caliente, tenía lágrimas».
Al hombre lo habían declarado muerto en el subcentro médico, Daniel Acosta, del barrio Cuba en la parroquia Eloy Alfaro, según familiares por un infarto, puesto que al llegar a esta casa de salud, le colocaron oxígeno, pero al no responder solo confirmaron su deceso.
“En la casa los vecinos que estaban aquí abrieron la caja, lo tocaron y él estaba caliente, tenía lágrimas. Allí lo sentaron y dijeron ¡Alirio está vivo!», aseguró Adriana Quiroz, hija del fallecido, incluso observaron que movía la boca y él le apretó la mano a un vecino.
A pesar que intentaron llevarlo al hospital para confirmar que estaba vivo, al practicarle un electrocardiograma, los médicos comprobaron que su corazón ya no tenía signos vitales. (I)