El papa emérito Benedicto XVI murió este sábado 31 de diciembre, a los 95 años en el Monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano, a las 9:34 donde residía desde su histórica renuncia al pontificado en 2013, así lo confirmó la Santa Sede en un comunicado, en seis idiomas.
La preocupación por el estado de salud del papa y teólogo alemán surgió el miércoles 28 de diciembre, cuando su sucesor, Francisco, reconoció que estaba “muy enfermo” y pidió “una oración especial” a los fieles que asistían a su audiencia general.
Poco después, el portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni, confirmó que la situación de Benedicto XVI se habían agravado a causa de su avanzada edad.
Por primera vez en la historia de la iglesia católica el papa reinante, el argentino Francisco, presidirá el funeral de otro papa, esta vez sin funciones. (I)
